domingo, 11 de agosto de 2013

Cartas a un niño que no nació - Carta nº IV



Cartas a un niño que no nació 

Carta nº IV 


 
   Anoche soñé contigo, eras un feto, mi feto. Tus ojos vidriosos se clavaron en los míos y por primera vez oí tu voz, gritabas, ¡monstruo, monstruo!...

     Soñé que tu enorme cabeza de feto se reclinaba en mi pecho; que tu horrible boca me mamaba y que tus manos huesudas, hurgaban dentro de mi seno buscándome el corazón y con ese horror que sólo en los sueños se siente, vi como sacabas un trozo de carne goteando sangre, una sangre que se esparcía por mis vestidos, que brotaba en rojo manantial de mi boca. Todo se cubrió de púrpura. La sangre corría en arroyos por la tierra y subía hasta el cielo y al mirar hacia allí, vi que Dios lloraba sangre.
 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario