domingo, 25 de agosto de 2013

Cartas a un niño que no nació - Carta nº VI


Cartas a un niño que no nació


Carta nº VI

 



    Hermosa, implacable, dolorosamente justa, dirige su dedo acusador hacia nosotros. Tú y yo, ya no le pertenecemos, hemos roto sus cánones, hemos roto su sonrisa, estamos al margen de Ella y hemos pretendido olvidarla. Sus ojos hermosos, nos acusan llenos de ira, sin un átomo de piedad; sus manos inmaculadas, esgrimen un pergamino ajado donde se lee… “Veredicto, CULPABLES”. Sus pies firmes no saben del barro que nosotros pisamos, no quiere mancharse acercándose un poco a nuestro rincón.

   La MORAL, desde su alto pedestal, nos condena.

domingo, 18 de agosto de 2013

Cartas a un niño que no nació - Carta nº V


Cartas a un niño que no nació


Carta nº V
 

 
 

    Mírale hijo, el más importante en este juego. Él, que debería saltar de alegría con tu vida, él, que debería verter palabras de aliento en mis oídos, él tiene la mascara más importante, la persuasión.

     Me acaricia, me besa, me mima, grita y se desespera, vuelve a acariciarme… ¿Me está ofreciendo amor?, no, sólo me persuade para que te mate.

     Besa mi boca, para acallar mi súplica; acaricia mis pechos, para que sus manos me hagan olvidar el dulzor de tu boca; quiere cerrar con su sexo la puerta por donde has de salir a la vida.

     ¡Míralo!, ¡no te tapes los ojos!, mira con horror como yo miro, esta máscara hermosa de la persuasión.

domingo, 11 de agosto de 2013

Cartas a un niño que no nació - Carta nº IV



Cartas a un niño que no nació 

Carta nº IV 


 
   Anoche soñé contigo, eras un feto, mi feto. Tus ojos vidriosos se clavaron en los míos y por primera vez oí tu voz, gritabas, ¡monstruo, monstruo!...

     Soñé que tu enorme cabeza de feto se reclinaba en mi pecho; que tu horrible boca me mamaba y que tus manos huesudas, hurgaban dentro de mi seno buscándome el corazón y con ese horror que sólo en los sueños se siente, vi como sacabas un trozo de carne goteando sangre, una sangre que se esparcía por mis vestidos, que brotaba en rojo manantial de mi boca. Todo se cubrió de púrpura. La sangre corría en arroyos por la tierra y subía hasta el cielo y al mirar hacia allí, vi que Dios lloraba sangre.
 

 

domingo, 4 de agosto de 2013

Cartas a un niño que no nació - Carta nº III


  
Cartas a un niño que no nació

Carta nº III
 
 
    Me esconderé de esos monstruos, de esas mascaras sociales que me persiguen. Me iré a una isla desierta donde tú, puedas nacer.
 
     Tú y yo solos.
 
     Quieren que te asesine; quieren que corte tu latido, que ya siento en mi vientre; quieren que vista el traje hipócrita del que están revestidos.
 
     Me esconderé en lo más profundo, en lo más sórdido del infierno, si es necesario. Huiré al último rincón de la tierra, contigo, hijo mío, pero no llenaré mis manos con tu sangre INOCENTE.